A simple vista, el cambio climático, los ciberataques y los disruptores de negocio parecen no guardar relación, pero todos ellos son amenazas clave para la sostenibilidad de las empresas. Sin embargo, existe una herramienta común para desarrollar la resiliencia frente a ellos : la innovación. ¿Cómo pueden las organizaciones ser lo suficientemente innovadoras y aguantar los golpes de un mundo cada vez más incierto?
Parece que el mundo avanza más rápido que nunca y las empresas de todos los sectores deben priorizar la innovación o arriesgarse a desaparecer. La era digital creó toda una serie de desafíos empresariales que afectaron la velocidad y el proceso de innovación. Aunque parezca que muchas de las empresas que conocíamos desde la infancia ya no están con nosotros, se debe a que no abrazaron la innovación. Por el contrario, si todavía están presentes, es porque no solo se adaptaron una vez, sino en repetidas ocasiones. Las empresas que no consiguen adaptarse corren el riesgo de quedar obsoletas. ¿Recuerda la época de los videos de Blockbuster, los celulares Blackberry y Tower Records ? Son solo algunos ejemplos de negocios que sufrieron y fenecieron con la llegada de nuevas tecnologías o los cambios drásticos en el comportamiento de los consumidores. Sin embargo, hay otras, como Apple o McDonald’s, que consiguieron capear el temporal y volver con más fuerza que antes. ¿Qué tenían las empresas supervivientes que las demás no tenían? La capacidad de innovar.
¿Qué es la innovación?
La primera definición de innovación
surgió de las encuestas experimentales de innovación llevadas a cabo por parte
de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en la década
de 1980. Estas encuestas condujeron a un primer intento de definir la
innovación para proyectos de medición en el Manual de Oslo de 1992. Es una
definición que ha ido creciendo desde entonces, y el Manual de Oslo de 2018,
Directrices para la recolección e interpretación de información relativa a
innovación, define ahora cuatro tipos de innovación: de producto, de proceso,
organizativa y comercial.
El comité técnico de ISO de
gestión de la innovación, ISO/TC 279, fue un agente clave para el desarrollo de
la definición que figura en la versión más reciente del Manual de Oslo, lo que
asegura la alineación con las definiciones de las normas ISO y toma en cuenta
sus diferentes requisitos. También se incluye la recientemente publicada norma
ISO 56000, Gestión de la innovación – Fundamentos y vocabulario, que, junto con
el Manual de Oslo, establece que una «entidad» es una innovación cuando es
«nueva o mejorada y reconoce o redistribuye el valor». La innovación es un
componente cada vez más importante del éxito de una empresa, ya que mejora su
capacidad de adaptación en un mundo que está en constante cambio. Las ideas
nuevas e innovadoras dan pie a mejores formas de trabajo, así como a nuevas
soluciones para generar ingresos y mejorar la sostenibilidad. De este modo, la
innovación se relaciona estrechamente con la resiliencia de una organización,
dado que la ayuda a comprender y reaccionar en contextos desafiantes,
aprovechar las oportunidades que pueda traer consigo y potenciar la creatividad
tanto de su propio personal como de aquellos con los que trata.
Éxito empresarial
En última instancia, las grandes
ideas y las nuevas invenciones son a menudo el resultado de una larga sucesión
de pequeños pensamientos y cambios, todos ellos recopilados y dirigidos de la
forma más eficaz. La implementación de un sistema de gestión de la innovación
ayuda a lograr precisamente eso. Proporciona un enfoque sistémico para integrar
la innovación en todas las capas de una organización, con el fin de aprovechar
y crear oportunidades para el desarrollo de nuevas soluciones, sistemas,
productos y servicios.
Publicada en 2019, ISO 56002 es
la primera Norma Internacional de sistemas de gestión de la innovación. Combina
el pensamiento actual con la investigación y es una herramienta clave para las
organizaciones, ya que proporciona una orientación basada en las mejores
prácticas acerca de cómo las organizaciones pueden establecer un sistema
estructurado de gestión de la innovación. Alice de Casanove, Jefa de Cultura de
la Innovación en Airbus y Presidenta del ISO/TC 279, considera que una
orientación como esta es sumamente útil para los departamentos de innovación
tanto de grandes empresas como de pymes.«En Airbus, nos tomamos la innovación
muy en serio, ya que sin una cultura de innovación no estaríamos donde estamos
hoy», indica. «Normas como estas nos ayudan a forman a los profesionales de la
innovación, puesto que son objetivas y están bien estructuradas y nos permiten
mantener y desarrollar más eficazmente esta cultura».
Empresas como incubadoras de conocimiento
Sin embargo, la gestión de la innovación es fundamental para todas las organizaciones, independientemente de que tengan un departamento dedicado o no. «La orientación como la que ofrece ISO 56002 ayuda a todas las empresas a gestionar sus ideas, mejorar continuamente y prepararse contra disruptores de negocio como la competencia », agrega de Casanove. También ayuda a infundir una cultura de innovación en la empresa, sacando partido a la creatividad y la motivación del personal y, por último, mejorando su rendimiento general.
Si las grandes ideas surgen de pequeños pensamientos, el primer paso es recopilarlos de forma eficaz. El conocimiento, al igual que las personas, es un activo muy valioso para muchas organizaciones, ya que les permite tomar decisiones fundamentadas. También les ayuda a innovar. Sin embargo, vivimos en el mundo del big data y de la sobrecarga de información, lo que significa que gestionar esta información de forma que se despierten las ideas como si fueran destellos de luz requiere un proceso de reflexión.
Las empresas comienzan a reconocer que el conocimiento es un activo corporativo importante y que es necesario gestionarlo como cualquier otro activo. Es necesario desarrollarlo, retenerlo, compartirlo, adaptarlo y aplicarlo. ISO 30401, Sistemas de gestión del conocimiento – Requisitos, ayuda a las organizaciones a iniciarse en la gestión de conocimientos o a mejorar los ya existentes mediante la implementación de un sistema de gestión que promueva y permita la creación de valor a través de una gestión eficaz de conocimientos e información.
Resiliencia corporativa
La gestión eficaz del
conocimiento de una organización no solo contribuye a la innovación mediante la
recopilación de esas ideas brillantes, sino que también ayuda a fortalecerla al
mismo tiempo. No en vano, la innovación crea resiliencia y la resiliencia crea
innovación. Aunque no hay ningún negocio 100% seguro en estos tiempos que
corren, hacerlo resiliente ante un mundo cada vez más tumultuoso es lo que
ofrece más garantías. Es más, crea un círculo virtuoso con la innovación porque
una empresa sólida, independientemente de las circunstancias, tiene una buena
base para ser innovadora y esa innovación, a su vez, aumenta su fortaleza.
¿Cómo conseguir esta resiliencia
? « Potenciar la resiliencia debería ser un elemento clave de las
organizaciones, especialmente a raíz de la experiencia con la COVID-19», indica
James Crask, Coordinador del comité experto ISO/TC 292 de seguridad y
resiliencia. «Ser conscientes de las vulnerabilidades potenciales, adaptarse a
los cambios y aprovechar la capacidad de convertir las amenazas en
oportunidades son formas de asegurar que un negocio no solo sobreviva, sino que
prospere».
La implementación de la norma ISO
22316 de resiliencia organizacional es una buena forma de conseguirlo. Esta
norma ofrece un marco para ayudar a las organizaciones a preparar su actividad
para el futuro creando y manteniendo su capacidad de adaptación cuando es
necesario transformarse y renovarse a la luz de cambios complejos. Lo hace
aportando los principios para crear una cultura de resiliencia, hacer un uso
eficaz del conocimiento de una organización, alentar a unos líderes eficaces y
capacitados y permitir que una organización cumpla sus compromisos ante
cualquier cambio.
El esfuerzo se refleja en los resultados. «Una visión y un propósito compartidos y toda una variedad de habilidades, liderazgo y conocimientos son solo algunas de las características de una organización resiliente», afirma Crask. En conjunto, crean una organización cohesiva y preparada para soportar prácticamente cualquier cosa, incluida la disrupción del negocio.
La disrupción como factor
Ser capaces de reaccionar y
actuar de forma rápida y eficaz ante las disrupciones de negocio inesperadas es
otro beneficio de la preparación. Denominados como planes de continuidad del
negocio o de recuperación ante desastres, no son nada nuevo para muchas
organizaciones, pero es necesario seguir renovándolos para garantizar su
pertinencia.
ISO 22301 fue la primera Norma
Internacional del mundo para la gestión de la continuidad del negocio cuando se
publicó en 2012. Desde entonces, ayuda a las organizaciones a implementar y
mantener planes, sistemas y procesos eficaces de continuidad del negocio. Esta
norma popular se actualizó recientemente para incorporar lo aprendido en sus
primeros años de uso y asegurar que su contenido esté en consonancia con las
mejores prácticas internacionales, para así ayudar a las organizaciones a
actuar frente a las disrupciones y recuperarse de ellas eficazmente. Todo ello
implica una reducción de los costos y un menor impacto en el rendimiento del
negocio cuando algo va mal. Es más, las empresas con varios emplazamientos o
divisiones pueden confiar en un mismo enfoque consistente para toda la
organización.
Crask indica que contar con
planes demostrablemente sólidos rinde dividendos a largo plazo, incluso si
nunca es necesario ponerlos en práctica. Poder dar garantías a clientes,
proveedores, organismos reguladores y similares significa que están preparados si
ocurre alguna catástrofe, e infunde un alto nivel de confianza en su
organización, con todos los beneficios que eso conlleva. Un mayor desempeño
empresarial, una interacción fluida con los reguladores y el atractivo frente
los inversores son solo algunos de estos beneficios. Además, tras analizar
todas las cuestiones importantes y las áreas de vulnerabilidad, comprenderá
mejor su negocio.
Es momento de innovar
La disrupción también puede
provenir de los competidores de su sector. El auge inicial de Airbnb dejó
noqueados a los hoteles, y Uber introdujo un modelo de competencia totalmente
nuevo en el sector del taxi. «No basta con tener una gran idea», advierte De
Casanove. « Las empresas deben mirar continuamente hacia delante y estar
preparadas para adaptarse y cambiar si quieren proteger su negocio, y supone
estar constantemente innovando».
Innovar es, precisamente, lo que
hace Airbus. Actualmente, investiga e invierte en nuevas tecnologías como las
relacionadas con helicópteros, propulsión eléctrica y movilidad cuántica y
urbana. Las normas pueden ser una herramienta fundamental para hacer realidad
esas ideas y apoyar su evolución satisfactoria, ayudando a la empresa a
aprovechar y maximizar las ideas de manera estructurada. El uso de Normas
Internacionales reconocidas también puede aportar un sello de garantía que
infunde confianza en futuros inversores y colaboradores comerciales de todo el
mundo.
Es más, como referencia de las
mejores prácticas internacionales, las normas proporcionan métodos, sistemas y
procesos que pueden ayudar a las empresas a ahorrar tiempo y recursos,
liberando así valiosas horas de trabajo para actividades nuevas e innovadoras.
Aquí es donde tienen que estar las empresas si quieren gozar de una ventaja
competitiva, atraer buenos talentos y, en última instancia, sobrevivir en el
implacable mundo de los negocios. Mantener el statu quo es cosa del pasado. El
futuro es para los que innovan.
Información recopilada por Esp. Jorge Cortez, Ing